Un lugar vacío, sin tiempo, con personajes moldeados como estatuas de carne y hueso en comunicación con la nada y con el todo, donde lo mismo se es que se deja de ser, -cómo voy a saber lo que quiero, si ni siquiera se lo que soy-.

Miradas que hablan en silencio empeñadas en decir lo que hay que hacer, sin saber que si se está aquí es porque no se puede estar allí.

Un continuo fluir, en sintonía con la danza, donde tú estas ahí porque algún día formaste parte de las muchas cosas con las que el tiempo hace historia.
Luis Martínez

Sigo sentada, tan viva y tan muerta como cuando decido, digo, duermo, pienso; muchos verbos a la vez a ver si alguno me mueve y otro me para.

Obligo a tus gestos que se dirijan hacia mí, aunque para ello tenga que retorcer mis “crudeces” y hacerlas tiernas. Decido pasar la vida rodeada de humo, misteriosa , y que mi rostro no sea nítido. Me golpeo con el aire y exhalo nubes como parte del disfraz.

Miro al mundo en movimiento, no sé pararme, no aprendí a contenerme.
Miro al mundo desde la insuficiencia para seguir creyendo que lo que me falta está fuera.
Miro al mundo como una niña huérfana que se alegra de estar sola y de echar en falta.
Miro al mundo a través de la niebla que sale de mis labios y lo difumina.
Miro al mundo desde mí, y me doy cuenta que lo he inundado todo y ya no queda nada.
Daniel Abreu