La vida nos queda grande pero porque la vivimos así, a lo grande. No hay tiempo ni concesiones para nada a medias, siempre es todo, incluso cuando es nada. De esos momentos preciosos en los que la vida es más tranquila no tenemos recuerdos, más que la sensación de tranquilidad.

El dolor dice que nos hemos olvidado de nosotros mismos, y nos hemos abandonado. No los demás, nosotros. Los demás nunca han estado, nunca nos conocieron, nunca amaron más de lo que podíamos hacerles crecer; los otros son las piezas del puzle, pero no son el puzle…

Cuántas veces al día somos responsables de los otros, de sus necesidades, cuántas obligaciones puestas y auto-impuestas.
Cuántas meditaciones en una sola dirección.

Y sobre todo, cuánta prisa. Para qué, para quién. Quién nos va a esperar con nuestras necesidades, a cuántos esperaríamos sólo por esperar, sin nada a cambio.

(Daniel Abreu)

la soledad es una herida abierta
una huella en el barro
una lágrima seca

las soledades nos unen
nos igualan
nos atrapan
nos arrastran
nos envuelven
nos maltratan

silencio     mi soledad habla

(J. J. Morata)

Coproducción de la Fundación Carmen Werner para la Danza Contemporánea con Transparence Dance y el Ministerio de Cultura (Industrias Culturales)